El pasado viernes, 30 de agosto, dio comienzo mi curso universitario. Estoy estudiando primero en Comunicación Audiovisual, con un diploma en Producción de Artes Escénicas. El primer día tampoco fue cosa de otro mundo, anteriormente ya había conocido a algunos de mis compañeros el 29, que fue la jornada de bienvenida oficial a la universidad.
La noche anterior, no pude dormir absolutamente nada, por no decir una mierda, recuerdo coger el carnet que acredita que soy estudiante de la universidad y sentarme solo en una de las mesas donde más tarde servirían café para todos. Estuve un rato dando vueltas haciendo ver que tenía algo que hacer, cuando la realidad es que estaba desesperadamente buscando a algún conocido que iluminase mis esperanzas para no pasarme el resto del día solo, y apareció un conocido del colegio así que me pegué a él como una lapa como si hablar con alguien más fuera delito.
Estaba completamente nervioso por si me iba a pasar todo el año solo, ya que la persona que me acompañaba no hacía la misma carrera que yo, por supuesto. La realidad es que no podía estar más equivocado, ya que cuando acompañé a mi amigo a fumar, se empezó a unir gente, después nos metimos en la primera sesión, hicimos una foto de promoción de toda la facultad, y por último nos metimos a tomar un café con los mentores que nos asignaron a cada uno y con la gente en general.
(no tengo fotos de ese día, pero la facultad subió un vídeo a sus redes sobre la bienvenida)
A estas alturas, ya por fin había conocido a un grupo más extenso, y es que la realidad es que quieras o no, todos estábamos igual el primer día, igual de nerviosos, empezando de cero, rogándole al dios que fuese que conocer a alguien nuevo no se tornase en una situación incómoda. Pero al estar todos así, se neutraliza esa actitud y se torna en una naturalidad con la cual en menos de dos semanas ya se veían los grupos formados en la universidad, ni siquiera dando lugar a la idea de que uno de nosotros se quedase solo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario